El pasado fin de semana no se pudo celebrar la Copa de Escuelas de Raquero (antiguo Autonómico) al no haber inscrito el número mínimo de 5 barcos que marca el reglamento para poder realizar esta competición.

El CINA aportaba a dicha regata 5 barcos, de los cuales, sólo 1 de ellos tenía tripulación inscrita. El resto de escuelas comentaron con antelación que no iban a participar y, si bien prácticamente no hay raqueros en el pantano que se dediquen a regatear, tampoco ninguno de ellos mostró interés por hacerlo.
Por ello, el jueves se dio por suspendida la regata, pudiéndose «repescar» el año que viene si se cree oportuno.

Carta de un ¿antiguo? regatista cinero

Era cita obligada. Año tras año, las 4 regatas cineras se esperaban rodeadas de un espíritu de diversión, competición sana y buena navegación.
Aún recuerdo que teníamos que correr para inscribirnos porque si no te quedabas sin barco (daba igual que fuera una regata de Raqueros o una de Vauriens) . Buscábamos tripulante (monitor, alumno) y nos lanzábamos a la aventura de competir, y sobre todo de sacar lo mejor de nuestros barcos y por supuesto, de nosotros mismos.
¡Cuántos recuerdos!:
Chipi y sus múltiples triunfos: no le considerábamos como «el primer puesto» (eso estaba claro). Teníamos nuestro listado paralelo en el cual, el segundo «era el primero si no contamos a Chipi».
¿Y Alberto Iglesias?: incansable, perfeccionista, ganaba por finura y tesón.
Jorge Benedet: siempre dando nuevas oportunidades a alumnos que no habían regateado. Se presentaba el día de la regata con la célebre frase «Esto es un spi».
Antonio Román: guerrero, luchador…
Fernando y Aurora…y su silencio regateando…
¿Y Xavi, Juanra y Jose Ángel?: esa tripu que con viento suave lo tenían difícil, pero con viento fuerte nos daban a todos buenas lecciones.
Luis Melero y su búsqueda de tercer tripulante; consiguiendo al final al mejor de toda la regata.
Jose Ignacio Mascaraque, con su buen rollo permanente.
Frede y su raquero A; desconocido para los cineros, cuidado, mimado, limpito…en fin…otro barco…
¿Y Esther? ¿Y nuestras Susanas?: algunas de ellas autodenominándose «doña Rogelia» por los pañuelos que llevaban…
Y Tony haciendo de juez con la mejor de sus sonrisas.
Y David Gómez, Eva…que se engancharon a las regatas cineras desde el primer momento..
Ana, Pío, Luis, Kike, Fernando Medina, Óscar, Amparo, Juan, Javier….
Y los barcos del CRV (Elena Raga, Friky…navegando al límite), y chicos del Canal que ya apuntaban como grandes campeones…

Y un largo etcétera de recuerdos y de personas que llenarían folios y folios.

Navegábamos y competíamos llenos de ilusión. Sabíamos que era un fin de semana en el que no faltaría el buen rollo, el aprendizaje, la diversión y el compañerismo. Nadie tenía que ir detrás de nosotros para regatear, era una fecha más que señalada en nuestras agendas.

El jueves recibo el mensaje de la suspensión de esta regata y no me queda más remedio que acordarme de todas estas cosas al más puro estilo «abuelo Cebolleta». ¿Será que las regatas ya no interesan? ¿Problemas de fechas? La realidad es que muchos de estos regatistas han tenido cambios en sus vidas (cambios muy bonitos y de diversa índole) y parece que actualmente hay poca «renovación generacional de regatistas cineros».
Pero bueno…quizá sea algo circunstancial, quizá la cosa cambie….¡¡claro que sí!!
Ójala vuelvan aquellas conversaciones «postregata» donde todo eran risas y felicitaciones por haber asistido a un evento naútico tan estupendo y divertido.