Motores Marinos. Apuntes y protocolos básicos para su uso y mantenimiento por Alfredo Platas

Esto no es un tratado de mecánica, para ello, lo mejor es consultar cuidadosamente el manual de instrucciones del propio motor, con sus dibujos alusivos. Me limito a dar unas normas para averías puntuales que podemos resolver a bordo nosotros mismos. Para ello debemos disponer al menos de una llave de bujías con el paso correcto, un destornillador normal y otro de estrella (si puede ser, sin óxido) y unos trapos o papel de cocina.

El motor no arranca:

Como ya hemos visto, esto puede ser debido a que no le llega combustible, bien porque hemos cerrado la llave de transporte o la palomilla del aire, o bien porque no lo hemos cebado convenientemente con la pera. O a que le llega demasiado combustible, o sea que lo hemos ahogado intentando arrancar demasiado tiempo con el starter abierto. También puede ser que tenga las bujías sucias, quemadas o aceitadas. En último término, a que lo hemos estibado mal colocándolo sobre el lado incorrecto y tiene aceite en el carburador y está fuera de punto.

Procedamos como se indica en apartados anteriores, salvo en el último caso, que es cosa del mecánico. Y sobre todo, antes de intentarlo cien veces, pensemos a que puede ser debido. A veces es tan simple como que no hemos puesto o está mal colocado el hombre al agua, o a que se ha soltado la goma de combustible de su conexión al motor o al depósito al pisarla. Revisar bien todo y volver a cebar antes de seguir tirando del arranque.

El motor arranca y se para:

Puede ser que no hayamos abierto la llave posterior de transporte, que la palomilla del depósito está cerrada, que se haya salido la goma del combustible de sus conexiones, e incluso que nos hayamos quedado sin gasolina…

El motor arranca y se cala al meter la marcha:

Suele ser que el ralentí está muy bajo y no puede con la bajada de vueltas que se produce al engranar la marcha. Abrir la tapa y subir el tornillo del ralentí con un destornillador en cruz, pero no demasiado. Un motor debe aguantar al ralentí bastante tiempo sin pararse si está bien de punto, pero de vez en cuando debe ser acelerado para quemar el aceite que sobra en las bujías.

El motor va acelerado y cuesta meter la marcha:

Al contrario del caso anterior, el ralentí está demasiado alto y la marcha no entra para preservar los engranajes del cambio. Igualmente cuando rasca al meter la marcha. Bajar un poco el ralentí girando el tornillo en cruz situado al final del cable del acelerador.

Cuando el motor está acelerado también puede ser porque nos hayamos dejado el aire abierto; es bueno comprobarlo. (contribución de Luís Valverde) 

El motor no refrigera:

Esto es importante: Si la cola está dentro del agua y a su altura correcta debería salir un chorro potente al exterior. Si no es así, puede que se haya soltado la goma que lleva el agua al exterior, en ese caso el motor estará llenándose de agua por dentro de la carcasa. Abrir la tapa y reponer el tubo en su conexión de salida por medio de la pinza de enganche y volverá a salir el agua al exterior.

En otro caso, vigilar los posibles plásticos o algas que puedan haber tapado la boca de entrada, que está sumergida. Si todo está limpio en la toma, soplar o meter un alambre fino por la boca superior de salida de agua, pues pequeñas algas o basura suelen obstruir la salida.

Si todo esto falla, hay que llevar el motor a tierra haciéndolo funcionar muy lentamente y durante poco tiempo, y si es posible, mejor pedir remolque si es una neumática o entrar a vela si es un crucero.

El motor gira pero el barco no avanza:

O bien hay un plástico enganchado en la hélice o bien hemos tocado con algo y hemos roto el pasador de seguridad de la hélice que es una barrita blanda para no romper la transmisión. Suele haber pasadores y grupillas de repuesto en una pieza de goma situada en el interior de la tapa del motor, pero es una operación difícil de hacer en el agua. Mejor entrar a vela y esperar a hacerlo en tierra o podemos perder hasta la propia hélice.

En los motores modernos ese pasador de seguridad se sustituye por un eje de goma dentado que rodea la hélice, al tocar con la hélice algo duro se desacopla el giro de la transmisión del de la hélice para evitar males mayores. Al tocar, el eje de goma queda sin dientes y la hélice tiende entonces a resbalar en el giro impulsando muy poco o nada el barco. La solución será desmontar y sustituir el eje de goma y a veces el buje de goma que centra la hélice, arandelas etc., o la propia hélice, lo que debemos hacer ya en tierra. Provisionalmente se puede quitar el pasador exterior y apretar la tuerca que sujeta la hélice, para poder llegar a tierra.

Por todo ello debemos extremar la vigilancia cerca de tierra o muelles, reducir la velocidad y en la neumática utilizar la posición para aguas someras, motor medio inclinado, al acercarnos a tierra. Y en caso de duda, mejor remar los últimos metros.

El reglaje de inclinación del motor respecto al espejo de popa nos permite aprovechar la fuerza del motor en su totalidad para empujar la embarcación (usar la regleta de agujeros en el soporte)

El reglaje de inclinación del motor respecto al espejo de popa nos permite aprovechar la fuerza del motor en su totalidad para empujar la embarcación (usar la regleta de agujeros en el soporte)

Advertencias de seguridad: los motores modernos tiene cubierto el volante para evitar riesgos, pero cuando quitemos la tapa de un motor en marcha o arranquemos un motor sin tapa, debemos extremar las precauciones porque hay piezas móviles al descubierto, y circula corriente eléctrica, e igualmente intentaremos no dar marcha atrás con la tapa abierta para que no se nos llene de agua.

Es obvio que no debemos acercarnos a nadie que está en el agua con un motor en marcha, tanto en neumáticas como en cruceros, pero esta precaución a veces no se tiene tan en cuenta como se debe. En todo caso acercarse siempre por los costados y desembragar cuando la persona en el agua se acerque a la popa.