“Aguas turbulentas” (por Pedro Torres Lluy)

La mar está formada. Nuestra flota sube y baja rompiendo las crestas espumosas con la amura de barlovento, para sortear los escollos. La situación es preocupante, pero no desesperada.
Muy oportunamente, nuestro patrón mayor Jorge Astray convoca un curso de Pilotaje, que no puedo dejar de llamar de aguas turbulentas.
Mientras tanto, el resto de nuestros patrones de la Junta, intenta dirigir la flota entre el fuerte oleaje que azota nuestra Sociedad en un momento crucial. Y la situación no es para menos; por el momento hemos perdido el puerto de arribada y se trata de encontrar nuevos lugares, donde resguardarnos.


Entonces, Jorge nos abre la caja de sus secretos, y día a día, uno a uno, como un mago que saca conejos de su chistera, los va mostrando.
Insiste en la importancia de trazar bien sobre la carta las demoras de seguridad, pues a veces ¡aunque no os lo creáis!, lo más importante es saber ¡dónde no estamos!. Y las mareas y también las corrientes. Como si fueran trenes, debemos conocer sus horarios, trazar sus curvas en nuestro cuaderno y tenerlas muy presentes para subir y bajar con ellas, haciéndolas nuestras aliadas.
Es como si nuestro puerto hubiera desaparecido ya de la costa. El terremoto anunciado y las hormigoneras y excavadoras, con su clópital, burrúuum, clópital lo destruirá para varios años.
Una labor de equipo, se impone como siempre: mientras escudriñamos la carta y el horizonte en busca de un puerto o ensenada amable donde fondear, alguien, señala el camino correcto entre las piedras.

Gracias Jorge, gracias Junta.