Cuando la Junta es convocada a un viaje de despedida institucional a Galicia, con la excusa de despedirse de todos nuestros amigos de allí, agradecer su ayuda y de paso inventariar y recoger lo que quedaba pendiente de colocar después del nuevo repaso del suelo, el juntero veterano se huele el marrón, a pesar de las promesas de invitarnos a mariscadas sin fin. Pero bueno, a estas alturas un marrón más ya …y siempre apetece volver por Boiro, no?
Así que nos dirigimos un jueves a la base los cinco componentes que la Junta ha logrado reunir para este acto, en el magnífico y amplio monovolumen de Lorenzo, y tras un viaje entretenido logramos llegar a Boiro a tiempo para cenar; el pulpo, calamares etc nos dan la bienvenida en la primera de muchas comidas y cenas a precios y calidades y cantidades gallegas…
Dormimos en la base estupendamente, con el nuevo suelo impecable y la base limpia y despejada. El viernes toca despedida de las instituciones, comenzando con el Alcalde, que nos felicita por estos años y se ofrece a seguir colaborando en lo que se necesite. Tras dedicarnos una larga entrevista en la que dejamos claro nuestro interés por seguir formando parte activa de la vida de Boiro, sale a despedirnos hasta la puerta, no hemos podido ser mejor tratados. Seguimos con la despedida de Triñanes y su astillero, que igualmente se declaran encantados de haber colaborado con nosotros.

Boiro (20)
Entre medias y con la valiosa ayuda de Toño, con Jon y Javier, el del chiringuito de Carregueiros, metemos en la Base el Finisterre y el Noro, con bastante facilidad, y reacondicionamos los materiales restantes, quedando la base muy operativa para cualquier grupo que quiera ir por Semana Santa, por ejemplo.

Boiro (2n)
Ahí se acabó el trabajo prácticamente, dedicamos el sábado a hacer turismo por Corrubedo y otros sitios espectaculares, terminando con una cena de despedida con Moncho Ares, el periodista, y el resto de amigos de allí, entre los que figuran como siempre Eli y Toño, en un sitio con buena comida y mejor compañía y en un bonito entorno al amor de la lumbre…
Y aún nos quedaron energías para salir el domingo temprano a la Ría con el Portokali y el Corcovado, el barco de Jon, y llegar hasta el Área de la Secada a recordar viejos lugares de navegación, y ya apurando el tiempo volver a Madrid por la noche, donde llegamos muy cansados, pero llenos de imágenes de un viaje que nos ha recordado de nuevo que las tierras y las gentes de Boiro son parte sustancial e inseparable de nuestra Escuela y de nuestras vivencias náuticas.
Amigos de Boiro, gracias por vuestro amor al Cina y hasta muy pronto.